Insolitas

Hijos de millonarios se quedan sin herencia

Sting no dejará herencia a sus hijos.  El músico inglés está convencido que tienen que aprender a ganarse la vida. Uno de los primeros millonarios en tomar esta decisión fue Bill Gates. Ser  hijo de  una persona rica y famosa puede parecer un pasaporte seguro para una vida relajada pero hay  padres que deciden dar a sus hijos un baño de realidad, ya sea negándolesla herencia u obligándoles a trabajar como todo el mundo.

El músico Sting lo tiene claro: “Les he dicho a mis hijos que no les quedará mucho dinero, porque me lo pienso gastar todo -un todo que suma más de 300 millones de dólares-”, señaló  recientemente al Daily Mail. A sus 62 años, el que fuera líder de Police considera que sus hijos tienen que labrarse su camino. De hecho, los que están en edad de trabajar lo hacen y raramente le piden algo, aunque  sí los ayuda si tienen algún problema.

Comprometido con el medioambiente y las buenas causas, no ha dudado en inculcar a sus hijos, desde Joseph, de 37 años, a Giacomo, de 18, el valor del esfuerzo. “Aunque la gente pueda suponer que han nacido con un cuchara de plata en la boca, en realidad nunca les hemos dado demasiado”.

Pero no es el único en pensar que una buena educación pasa por enseñar a los hijos a valerse por sí mismos, sobre todo si han crecido teniéndolo todo. Entre ellos, el segundo hombre más rico del mundo, Bill Gates.

El fundador de Microsoft ha descartado repartir todo su dinero entre sus tres hijos. Eso no sería bueno ni para ellos ni para la sociedad, asegura, y, aunque les dejará algún dinero para poder cuidarse, los tres tendrán que trabajar.



La mayor parte de aquellos que deciden no dedicar el grueso de sus beneficios a los caprichos de sus hijos tienen un marcado espíritu de filántropos. Ese es el leitmotiv de la asociación The Giving Pledge, creada por Warren Buffet, Bill y Melinda Gates, en la que se comprometen a donar, en vida o tras su muerte, al menos un 50 % de sus estratoféricas fortunas a cuestiones humanitarias.

Desde el cineasta George Lucas al creador de Facebook, Mark Zuckerberg, la lista de multimillonarios supera el centenar.

En este sentido hay quienes han demostrado que su palabra es ley. Anita Roddick, la fundadora de la cadena de cosmética The Body Shop falleció en 2007, a los 64 años. Su dos hijas no recibieron herencia, pues Roddick ya había anunciado que dejaría su abultada cartera a la fundación que llevaba su nombre.

Cuando se tienen millones, cualquier método es bueno para que los hijos aprendan lo que cuesta ganar el dinero. Los últimos en poner los pies de sus hijos en la tierra han sido el matrimonio Beckham, David y Victoria, que engrosan la lista de británicos más ricos publicada recientemente por The Sunday Times, con una fortuna de más de 300 millones de dólares y creciendo.

Todos sus millones no han sido obstáculo para que el mayor de sus cuatro retoños, Brooklin, de quince años, se haya incorporado al mundo del trabajo los fines de semana en una cafetería del centro de Londres. Por 4,2 dólares la hora, el adolescente sirve bebidas, limpia mesas y todo lo que sea menester.

Aunque el primero de los pequeños Beckham en trabajar fue su hermano Romeo, que hace un par de años protagonizó una campaña publicitaria de Burberry, aunque aquello fuera una ocupación puntual, nada que ver con servir cafés siete horas al día.

Fuente: Diario Hoy