Cuenca con economía especial
Esta ciudad es considerada la más cara del país, según datos del INEC. La canasta básica familiar alcanzó en mayo un costo de 657,07 dólares.
Sin embargo, expertos señalan que esto no debe ser tomado como algo negativo, porque Cuenca es un caso especial en la economía nacional.
Según Rodrigo Mendieta, miembro del Departamento de Investigación de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Cuenca, hay diversos factores que hacen que los costos en servicios sean en promedio mayor que en otros lados, pero también aquí se observa que hay mejor distribución de riqueza y como consecuencia la desigualdad social no es tan marcada comparada con otros sectores del país.
Mendieta asegura que la estructura económica más dinámica del Azuay es la causa para que se den estas circunstancias especiales. Por ejemplo, según los niveles de producción entre 2007 y 2012, tomando en cuenta los índices poblacionales diferentes, esta provincia superó a Pichincha y Guayas, en parámetros como la tasa de crecimiento, producto percápita, entre otros.
Actividades como la exportación por manufactura, la industria, el comercio, el turismo nacional y extranjero, que tienen buena demanda, y en menor medida las remesas de los migrantes generan presión para que el índice de precios se mantenga relativamente alto. “No debe ser algo malo, más bien hay que enfocarlo como positivo, porque la distribución económica es más equitativa comparada con polos económicos como Guayaquil”, según Mendieta.
Andrés Robalino, vicepresidente técnico de la Cámara de Industrias de Cuenca, coincide en afirmar que esta ciudad es un caso especial. Incluso, aquí el sector económico más importante es el industrial, lo que difiere del nacional, donde es el comercio. “Las industrias pequeña, mediana y grande son las que más empleos generan, más impuestos pagan, más venden y por ende más impacto social tienen”, expresó.
Solo en la Cámara de Industrias local, se registran 87 empresas afiliadas de diferentes ramas que son líderes en el país, como la de línea blanca, papel, cerámica, entre otras, que hacen que la población tenga mayor poder adquisitivo por los mejores sueldos entre los 27.000 empleos que se genera de manera directa.
“Es distinto hacer un producto manufacturado, como un refrigerador o un mueble, que vender un primario como café, cacao, banano, los montos a recibir son diferentes”, indicó. Bajo estas premisas, según Robalino, si en la ciudad hay mejor calidad de vida, los costos por servicios también pueden ser más altos y la inflación también, sin embargo, indica que como la ciudad no es grande, la redistribución es más equitativa.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, INEC, en la canasta básica familiar para el análisis de la relación entre inflación y remuneración, se toma en cuenta aspectos como alimentos y bebidas, vivienda, indumentaria y misceláneos como cuidado de la salud, recreo, educación, transporte, tabaco, material de lectura, cuidado y artículos personales.
Fuente: Diario El Tiempo