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El acoso sexual escolar genera preocupación

A nivel nacional, durante el último año, un total de 112 denuncias han sido presentadas ante la Fiscalía por presuntos casos de abuso sexual en centros escolares. Solo en Cuenca hay siete denuncias, todas en contra del mismo docente.

En este último caso, según informó el fiscal Adrián Rojas, se presume que el profesor enviaba a sus alumnos varones al patio en el recreo y se quedaba con las niñas en el aula para abusar sexualmente de ellas.
Para hacer frente a esta problemática existe un convenio entre Fiscalía, Judicatura y el Ministerio de Educación. Este último ente aseguró mediante comunicado que todos los casos denunciados se encuentran en investigación y se han aplicado las rutas y protocolos de actuación correspondientes.

Acciones
Desde la Fiscalía los procesos se llevan con celeridad, se brinda apoyo psicológico y acompañamiento judicial a las víctimas, informó el despacho de Adrián Rojas.
Por parte del Ministerio de Educación, “existe el compromiso de generar talleres de prevención con docentes y padres de familia, así como dar ejemplo de firmeza para frenar actos de violencia y acoso”, señala un comunicado.
También se ejecutan protocolos para casos de acoso, que incluyen la coordinación con las autoridades de justicia, el apoyo emocional al estudiante, explicarle sus derechos y darle oportunidad de contar su problema al familiar de mayor confianza.

Temor
Esto último responde al temor que se genera en las víctimas al momento de denunciar un caso de abuso sexual.
La psicóloga educativa, Gabriela Torres indica que en la mayoría de casos la víctima calla por la relación de poder que representa la diferencia de edad, por la autoridad que la sociedad le da al docente y por las amenazas para mantener el secreto. En muchas ocasiones el abusador logra incluso que la víctima se sienta culpable.
Para esto, según Torres, es indispensable que la familia identifique los síntomas de agresión sexual, entre ellos lesiones, sangrado o infecciones en el área genital, ropa interior manchada de sangre o rota o juegos sexuales inadecuados para su edad.
“Cuando esto se da lo peor es el castigo, debemos hablar con los niños, es indispensable creerles y acudir a las autoridades para denunciar el hecho”, indica la especialista.

Fuente: Diario El Tiempo