Los problemas del aeropuerto causaron pérdidas económicas
Han pasado casi cinco meses desde el jueves 28 de abril cuando el avión Embraer 190 de Tame perdió pista en el aeropuerto Mariscal La Mar. Desde entonces el irregular funcionamiento de la terminal aérea, que incluye el cierre entre el 19 de agosto y el 13 de septiembre, ha generado pérdidas económicas particularmente en el sector turístico y aeroportuario.
Los ámbitos más afectados por el cierre del predio y la cancelación de vuelos en estos meses son el sector hotelero; los bares, restaurantes y lugares de entretenimiento turístico; la Corporación Aeroportuaria de Cuenca, CORPAC, y aerolíneas nacionales. En este tiempo Latam no pudo llevar a 30.000 pasajeros; Tame Cuenca no dio información al respecto.
Según un estudio de mercado realizado mensualmente por la Facultad de Ciencias de la Hospitalidad de la Universidad de Cuenca en base a 226 encuestas, los índices de ocupación del sector hotelero de la ciudad cayeron en los meses de mayo, junio, julio y agosto de este año con relación a los porcentajes registrados entre julio de 2015 y marzo de 2016.
De acuerdo al referido estudio, que se ha aplicado mes a mes desde julio de 2015, la ocupación de hoteles, hostales, hosterías, casas de refugios y casas de huéspedes cayó progresivamente entre mayo y julio de este año, mientras que en agosto registró una leve recuperación, pero sin llegar al promedio de los últimos dos años que, según Ana Lucía Serrano, directora de investigación de la referida facultad, era del 47 por ciento.
La ocupación en mayo, después del incidente aéreo del 28 de abril, fue del 21 por ciento, en junio del 18 por ciento, en julio del 12 por ciento y en agosto del 28 por ciento. Estos porcentajes se calculan en base a la capacidad de ocupación de cada hotel.
La caída de los índices de ocupación hotelera se da justamente en estos cuatro meses de irregular funcionamiento del aeropuerto, dado que en enero de este año fue del 43 por ciento, en febrero del 46 por ciento, en marzo del 44 por ciento, en tanto que en abril, el mes del terremoto y cuando comenzó el bajón, del 37 por ciento.
Según la encuesta de la Universidad de Cuenca, la ocupación en julio del año pasado fue del 49 por ciento; en agosto también del 49 por ciento; en septiembre del 41 por ciento; en octubre del 49; noviembre 57 y en diciembre del 40 por ciento.
Según el estudio, el avión es el principal medio de transporte que los turistas encuestados utilizaron para llegar a Cuenca, pues el 39 por ciento de las 2.500 personas encuestadas entre el 1 de julio de 2015 y el 1 de junio de 2016 arribó a la ciudad por esta vía. El 37 por ciento viene por transporte público, el 22 por ciento en auto particular y el dos por ciento por otras vías.
Serrano explica que el proyecto de investigación empezó en julio de este año y que se inició con el objetivo de crear e implementar el manejo de indicadores turísticos en Cuenca respecto a los establecimientos hoteleros.
“Debemos estar conscientes que somos un destino patrimonial, Cuenca ha perdido posicionamiento internacional como destino, y para recuperar el posicionamiento internacional necesitamos que el aeropuerto esté manejándose muy bien”, dice ella.
Patricio Miller, presidente de la Cámara de Turismo del Azuay, dice que “el problema que se suscitó en el aeropuerto de Cuenca sí causó una situación compleja” al sector turístico, dado que durante ese tiempo se cancelaron visitas y recorridos turísticos a la ciudad. “Nosotros sí nos sentimos súper afectados en el área del sector turístico porque se cancelaron visitas, tours a la ciudad, y casi prácticamente llegamos a niveles de cero y preocupantes en el mes de abril, mayo y junio”.
Miller afirma que “el empresario turístico trató de mantener al personal a través de sus ahorros”, y sin embargo hubo recortes de personal, “y en otros casos cierres de establecimientos turísticos”.
Juan Pablo Vanegas, presidente de la Asociación Hotelera del Azuay, afirma que la situación ha sido bastante complicada, puesto que en más de diez años “no hemos llegado a tener este bajo nivel de ocupación”.
Vanegas asegura que en los últimos años el porcentaje de ocupación hotelera “se ha mantenido en un promedio del 50 por ciento”, y que la campaña que la asociación llevó a cabo junto al Municipio con la promoción de dos por uno “ayudó en algo al sector hotelero”.
El sector de bares, restaurantes y lugares de entretenimiento turístico también ha registrado una caída en las ventas en los últimos cuatro meses, según Carlos Andrade, presidente de esta asociación. Andrade comenta que a partir del accidente del 28 de abril “sí hay una caída más drástica” en el sector, pues las ventas han caído hasta en un 50 por ciento en los últimos tres meses sobre todo cuando se cerró el aeropuerto, y también en las fechas que se cancelaban o modificaban los vuelos.
“Nosotros somos el termómetro, porque el impacto es directo, pero al fin es toda la ciudad la que sufre”, dice Andrade.
Corpac
Juan Fernández, director ejecutivo de la Corporación Aeroportuaria de Cuenca, CORPAC, comenta que la institución también sufrió afectaciones económicas en este tiempo de irregular funcionamiento del aeropuerto. “La Corporación ha sufrido bastante afectación económica, el rubro principal con el que se mantiene la corporación está principalmente en las tasas aeroportuarias que cobramos por los pasajeros que ingresan a nuestra terminal, así como también la parte comercial, que es un rubro bastante importante, bastante alto”, señala.
Fernández refiere que en este tiempo se han cancelado 324 vuelos entre ambas aerolíneas, lo que significa que se dejaron de transportar 29.600 pasajeros. En términos económicos, la institución dejó de percibir 205.000 dólares en el rubro de tasas aeroportuarias, mientras que en el ámbito comercial se perdieron ingresos de 75.000 dólares en los rubros de concesionarios, publicidad, ingreso a sala VIP y uso de parqueadero. Estas cifras se registraron hasta el 31 de agosto.
Edgar Andrade, gerente comercial de Latam, explica que la empresa ha experimentado una afectación de 30.000 pasajeros en las frecuencias vinculadas con Cuenca entre vuelos que se reprogramaron, que se tuvieron que cancelar y por el cierre del aeropuerto. “No es un dato menor el hecho de que Cuenca es una de las ciudades más importantes del país y por ende el tráfico desde y hacía la ciudad es uno de los principales, de igual manera”, dice Andrade.
Este Diario acudió a las oficinas de Tame en procura de obtener información sobre las afectaciones económicas que ha experimentado la empresa en este tiempo de funcionamiento irregular de la terminal aérea, pero el personal dijo no tener autorización para dar declaraciones. Este medio trató de comunicarse con el gerente general, Patricio Chávez, pero no se obtuvo respuesta. (ARO) (I)