Luis Cabrera deja Cuenca con dolor y agradecimiento
La noticia se conoció a las 05:00 de ayer y la reacción de sacerdotes, laicos y feligreses fue de total sorpresa. Aunque entre los posibles sucesores de Antonio Arregui estaba el nombre de Luis Gerardo Cabrera, el recién nombrado Arzobispo de Guayaquil asegura que es una noticia difícil de asimilar.
Esta es la segunda oportunidad que Cabrera sucede a un Arzobispo que renuncia por su edad; la primera fue en 2009 cuando llegó a esta ciudad en lugar de Vicente Cisneros. Además, es el sacerdote más joven en ocupar este cargo, con 60 años de edad.
Luis Gerardo Cabrera Herrera asumió el manejo de la Iglesia local el 4 de julio de 2009 y se espera que su cambio de sede sea el próximo diciembre. Esto se fundamenta en el artículo 418 del Código de Derecho Canónico donde se menciona: “A partir del momento en que reciba noticia cierta de su traslado, el Obispo debe dirigirse a la diócesis antes de dos meses, y tomar posesión canónica de ella”.
Con voz entrecortada y todavía impresionado por la noticia, Cabrera aseguró que la designación que llegó desde Roma le genera sentimientos de dolor y gratitud. Dolor al despedirse de Cuenca, ciudad que la calificó como “querendona”, y de gratitud con la gente por la hospitalidad que le ha dado durante los últimos seis años.
Monseñor Cabrera confiesa que este nombramiento alteró totalmente su agenda, pues dentro de su planificación constaban las visitas pastorales a los cantones y mantener proyectos eclesiásticos para preservar los bienes de la Iglesia.
En cuanto a los convenios firmados con instituciones públicas y ministerios para proyectos como la refacción de la Catedral de la Inmaculada, aseguró que estos deben continuar, pues quien venga acá debe seguir el trabajo, esto es como una “carrera de postas y siempre habrá temas por hacer”.
Planificación
Entre el 2 y 24 de octubre coincidirá con Antonio Arregui en el Sínodo de la Familia, evento a desarrollarse en Roma. Y aunque ese podría ser el primer encuentro oficial entre los arzobispos entrante y saliente, Cabrera no tiene certeza de aquello porque las jornadas de trabajo serán muy intensas.
Reconoce que la realidad social y política en Guayaquil es compleja, sin embargo asegura que dentro de su agenda estará conocer, escuchar, impulsar el trabajo realizado y presentar nuevas alternativas.
Al consultarle si seguirá opinando sobre la realidad política y social del país, luego de que Arregui fue cuestionado por el Gobierno cuando habló del proceso de diálogo, Cabrera dijo que ese es un derecho al que no pueden renunciar como ciudadanos. Aclaró sin embargo que los criterios que emitirá en el futuro se basarán en la Doctrina Social de la Iglesia y respetando el Modus Vivendi, documento que les impide hablar desde una perspectiva político partidista.
“El derecho y deber de los ciudadanos y también de la Iglesia es actuar en la política del bien común y eso es trabajar por la vida, libertad, justicia, paz, seguridad, son temas a los que no podemos ser ajenos”, comentó.
Proceso
Una vez que la designación se hizo oficial desde Roma, y para que la Diócesis no quede en acefalía, en los artículos 421 y 425 del Código Canónico se dispone el nombramiento de un administrador apostólico, que será un sacerdote que tenga cumplidos 35 años de edad, no haya sido elegido, nombrado o presentado para la misma sede vacante y que se destaque por su doctrina y prudencia.
Bolívar Piedra, vicario de la Arquidiócesis de Cuenca, tras lamentar la salida de Cabrera, dijo que la designación de este administrador será una vez que se dé la posesión en Guayaquil. El paso siguiente será que el papa Francisco, de una terna enviada desde Ecuador, elija al nuevo Arzobispo.
Según Luis Cabrera, dentro de la Iglesia hay libertad para que cualquier sacerdote ocupe su lugar, «no hay candidatos», dijo. (JGJ) (I) Cuenca.
Fuente: El tiempo