Se tatúa 60 frijoles en la cabeza
LONDRES, ING. (Agencias).- Barry Kirk amó los frijoles toda su vida. Tanto que en 1986 marcó un récord mundial pasando 100 horas en una bañera repleta de legumbres. Desde entonces Kirk se ganó el apodo de «Captain Beany» (Capitán Frijol).
La experiencia le sirvió como inspiración para renunciar a su trabajo y convertirse en un recaudador de fondos de tiempo completo. Para su cumpleaños número 60 tuvo una idea muy original, tatuarse en la cabeza 60 frijoles, y pedir a la gente que patrocine cada poroto, con el objetivo de donar la recaudación para una buena causa.
Barry pidió una colaboración de 60 euros (unos 90 dólares) por frijol, y a cambio, ofreció tatuar las iniciales de cada donante en el centro del frijol patrocinado. Logró recaudar 3,600 auros, que más tarde donó a la campaña de Marlie-Grace Roberts, una niña con parálisis cerebral.